Merece la pena resaltar que, aunque el trabajo compartido pareciera a priori una solución temporal para el problema económico derivado de la crisis, puede presumir de haberse convertido en un verdadero fenómeno del mercado laboral en todo el mundo.
La opción de los emprendedores
España cuenta con más de 1000 espacios de trabajo compartido. La mayoría de ellos se sitúan en Madrid y Barcelona, pero Valencia y Bilbao están experimentando un auge cada vez más importante de este tipo de locales.
Hay que tener en cuenta que nuestro país cuenta con un tejido emprendedor muy importante, lo que favorece el crecimiento de la oferta de coworking. Cada vez más pequeños empresarios, profesionales freelance y autónomos son conscientes de las ventajas que ofrece a su actividad laboral establecerse en un espacio de trabajo compartido, tanto a nivel de reducción de costes como de pertenencia a una comunidad.
Adaptarse a los nuevos emprendedores
El trabajo compartido es otra de las apuestas de la generación millennial. Para estos jóvenes, que están protagonizando el mercado de la emprendiduría en la actualidad, las características de los coworking encajan plenamente en su filosofía de vida laboral.
Los integrantes de esta generación son emprendedores por naturaleza y ven la tecnología como un elemento natural de su vida. Además, sus carreras profesionales se caracterizan por un constante cambio y evolución. Disponer de un espacio que se adapte a sus necesidades tecnológicas y que sea abierto y flexible es indispensable para ellos, ya que buscan un entorno donde puedan sentirse cómodos, relacionarse con sus compañeros y relajarse en zonas de ocio para poder recargar pilas y seguir adelante con sus tareas.
Un espacio de trabajo compartido permite a los millennial disfrutar de unas instalaciones adecuadas para su negocio, de un ambiente creativo y colaborador y, además, de la flexibilidad necesaria para poder conciliar su vida personal y laboral con facilidad. Y todo ello, por un precio ajustado que no afecta a la liquidez del proyecto emprendido.
Aunque los jóvenes de esta generación son unos de los principales protagonistas del auge de los espacios de trabajo compartidos, tampoco podemos olvidar que nuestra sociedad ha experimentado una revolución laboral importante que también ha contribuido a este fenómeno. Cada vez más personas de todas las edades optan por establecerse por su cuenta y trabajar como freelances por su deseo de no querer vivir únicamente para trabajar. El concepto de trabajo flexible se está implantando progresivamente en nuestra sociedad, y requiere de espacios adecuados para su desarrollo.
La combinación de la posibilidad de ahorro ofrecida a los emprendedores y la adecuación a las necesidades de los emprendedores más jóvenes son dos de los factores que permiten considerar los espacios de trabajo compartido como una de las tendencias de futuro más consolidadas del mercado laboral.
Expectativas positivas de los coworking
Los responsables de los espacios de trabajo compartidos de nuestro país se muestran optimistas acerca del futuro de su negocio, en vista de los resultados obtenidos a lo largo de sus recientes años de historia.
Diversas estadísticas indican que más de un 80% de los gestores de espacios de trabajo compartido esperan que el número de sus clientes y sus consecuentes ingresos aumenten de forma exponencial a corto y largo plazo. Casi un 70% de ellos piensan, incluso, en aumentar el espacio que ofrecen a sus usuarios mediante reformas, así como en expandir su negocio a nuevos locales.
Si bien es cierto que la flexibilidad de estos espacios atrae a usuarios volátiles , que se instalan en una mesa de trabajo por unos meses y se conocen como ‘nómadas digitales’, los responsables de este tipo de centros no consideran que esto pueda representar un problema para el futuro de su negocio.
Más ventajas de un espacio de trabajo compartido
- El acceso a formación. Los responsables de estos espacios organizan eventos y talleres para facilitar la formación empresarial y la difusión de conocimientos relacionados con el tipo de comunidad formada en cada coworking
- La interacción social. Estos espacios están diseñados para crear un clima que favorezca las relaciones sociales entre sus usuarios, buscando establecer vínculos que puedan convertirse en un intercambio efectivo de conocimientos e ideas.
- Creación de una red de networking. El clima de comunidad que se crea en un coworking permite que sus usuarios se interrelacionen entre sí y puedan ampliar su red de contactos a base de las conexiones creadas. Establecer este networking ayuda a aumentar el alcance de cualquier negocio hasta un punto imposible de conseguir si se trabaja de manera aislada en el hogar o en una oficina privada tradicional. Las encuestas indican que los usuarios de estos coworking esperan conseguir nuevos clientes y posibles proyectos de colaboración trabajando en un espacio de trabajo compartido.
- Especialización. Otra de las características más beneficiosas de los coworking es su especialización, que permite que un emprendedor pueda establecerse en un espacio afín a su sector laboral, un punto que puede beneficiar todavía más la creación de networking y potenciar las colaboraciones entre profesionales.
El espacio de trabajo compartido ha conseguido consolidarse como un referente del mercado laboral, gracias a los beneficios que ofrece para todos aquellos usuarios que son emprendedores y que buscan una nueva manera de enfocar su vida laboral. Los jóvenes millennial son uno de los grupos que encajan mejor con este tipo de locales, gracias a su filosofía de vida que busca combinar la vida laboral y personal de la mejor manera posible.
La flexibilidad de ocupación que ofrecen estos espacios, sus recursos, el diseño de sus estancias y su coste ajustado los convierten en el foco de atención para aquellos emprendedores que, además, quieren aprovecharse de un ambiente creativo y comunitario en el que se estimulan las colaboraciones personales y profesionales.